La intervención educativa con los alumnos sordos se basa en los
principios de normalización e inclusión. Se intenta que estos alumnos
permanezcan dentro de las aulas con su grupo clase el mayor tiempo
posible, trabajando los mismos contenidos que sus compañeros con un
profesor de apoyo al currículo en las áreas de mayor carga conceptual.
En aquellas áreas más expositivas los alumnos cuentan con un intérprete
de lengua de signos que les sirva de mediador. Por otro lado,
para dar respuesta a las necesidades individuales de cada alumno se
realizan apoyos (una o dos horas semanales) fuera del aula con el !n de
trabajar aquellos aspectos en los que los alumnos encuentran mayores
dificultades y para reforzar la adquisición de estrategias de aprendizaje,
vocabularios básicos, trabajo personal y preparación de exámenes y
conocimientos previos.
Recuperado de: http://www.aecid.es/Centro Documentacion/Documentos/Publicaciones%20coeditadas%20por%20AECID/Guia_de_Buenas_Practicas_en_Educacion_Inclusiva_vOK.pdf
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