La UNESCO define la educación inclusiva como un proceso orientado a responder a
la diversidad de los estudiantes incrementando su participación y reduciendo la exclusión en y
desde la educación. Está relacionada con la presencia, la participación y los logros de todos
los alumnos, con especial énfasis en aquellos que, por diferentes razones, están excluidos o en
riesgo de ser marginados, constituyendo un impulso fundamental para avanzar en la agenda de
la EPT.
El concepto de Educación para Todos no lleva implícito el de inclusión. Si bien ambos
comparten el objetivo de asegurar el acceso a la educación, la inclusión implica el acceso a
una educación de calidad sin ningún tipo de discriminación, ya sea dentro o fuera del sistema
escolar, lo cual exige una transformación profunda de los sistemas educativos. Sin inclusión es
muy posible que ciertos grupos de estudiantes sean excluidos por lo que ésta debe ser un
principio orientador de las políticas y programas educativos, con el fin de que la educación sea
para todos y no sólo para una mayoría.
La presencia se refiere al acceso y la permanencia en la escuela u otras modalidades no
formales. La participación significa que el currículo y las actividades educativas contemplen
las necesidades de todos los estudiantes y se considere su opinión en las decisiones que
afectan sus vidas y el funcionamiento de la escuela. Los logros hacen referencia a la necesidad
de que todos los estudiantes adquieran, en la medida de sus posibilidades, los aprendizajes
establecidos en el currículo escolar, necesarios para su desarrollo personal y socialización. La
verdadera inclusión va más allá del acceso, implica el máximo aprendizaje y desarrollo de las
potencialidades de cada persona.
Organización de las naciones unidas para la educación,
la ciencia y la cultura . (2008). La educación inclusiva: El camino hacia el
futuro . Obtenido de http://www.ibe.unesco.org/fileadmin/user_upload/Policy_Dialogue/48th_ICE/CONFINTED_48_Inf_2__Spanish.pdf
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